Salud

Todos los riesgos que la temporada playera supone para tus ojos



Durante la temporada playera, muchas personas disfrutan libremente del sol, el mar y la piscina, aprovechando al máximo el tiempo en familia o con amigos, sin mayores preocupaciones. Sin embargo, es importante tomar conciencia sobre los riesgos que la exposición desprotegida puede tener para el cuerpo, incluyendo los ojos.

De acuerdo con el Dr. Alejandro Lalama, jefe de Optometría de Óptica los Andes (OLA), “algunos aspectos climáticos y elementos o productos muy comunes de esta época, pueden afectar la salud visual de manera significativa, por lo que es necesario tomar las precauciones necesarias”.

A continuación, el representante de OLA presenta una guía detallada de todos los riesgos que supone la temporada de playa para los ojos, y recomendaciones para evitar sus efectos.

1. Daños por rayos ultravioleta (UV)

La exposición excesiva a los rayos UV puede ser perjudicial para los ojos. Uno de los principales efectos a corto plazo son las quemaduras solares en la córnea; mientras que, a largo plazo, se pueden desarrollar cataratas y degeneración macular, dos condiciones que pueden afectar la visión de manera permanente. “Por ello es crucial proteger los ojos con gafas de sol con filtro UV 400, que es el mejor en lo que a salud visual se refiere”, comenta el experto de Óptica los Andes. Añade que esta medida se puede complementar con el uso de sombreros o gorras, que aunque no tapan directamente los ojos, son muy útiles para protegerlos del impacto del sol, especialmente en horas críticas como el medio día.

2. Irritación por el agua salada y/o el cloro

El agua salada del mar puede tener efectos irritantes en los ojos, especialmente si se sumergen bajo el agua. “El riesgo de infecciones oculares, como la conjuntivitis, aumenta en ambientes marinos”, advierte el Dr. Lalama, quien recomienda enjuagar los ojos con agua dulce después de nadar en el océano y, si es posible, usar gafas de natación para proporcionar una barrera adicional. En cuanto al cloro, utilizado para mantener el agua de las piscinas limpias, las sugerencias son las mismas, porque este producto también puede causar irritación en los ojos, y desencadenar molestias como enrojecimiento, picazón y sequedad.

3. Lesiones por el contacto con la arena

Aunque se podría pensar que la arena es inofensiva, lo cierto es que puede ser portadora de partículas pequeñas que pueden dañar la córnea o causar abrasiones en la superficie del ojo. En ese sentido, el uso de gafas de sol, tanto en niños como en adultos, puede contribuir a prevenir lesiones oculares en la playa. “Además, con los niños pequeños, es importante que los padres, o los adultos que los estén supervisando, verifiquen que no se lleven sus manos a los ojos si están llenas de arena, y enjuagarlas bien al terminar de jugar”, puntualiza.

4. Inflamaciones por el contacto con bloqueadores y/o bronceadores

Algunos productos químicos presentes en bloqueadores solares y bronceadores, pueden llegar a irritar e inflamar los ojos si entran en contacto directo. Por esa razón, se debe evitar aplicar estos productos directamente sobre los párpados y, en su lugar, priorizar el uso de gafas de sol. “Si ocurre un contacto accidental, lo que se debe hacer es enjuagar inmediatamente los ojos con agua limpia, para que esto no desencadene dolor, ardor ni enrojecimiento”, dice el jefe de Optometría de OLA.

En definitiva, disfrutar de esta temporada playera de manera segura implica tomar medidas para proteger la salud visual, con prácticas que  permitan prevenir daños oculares. “La visión es un sentido muy valioso para el ser humano, por lo que tomar las precauciones necesarias para cuidar los ojos es esencial”, indica Lalama, quien reitera la importancia de acudir a un especialista en caso de presentar síntomas relacionados a cualquiera de los riesgos antes detallados. “En Óptica Los Andes ponemos a disposición de la ciudadanía valoraciones optométricas gratuitas en cualquiera de nuestros locales a nivel nacional, que facilitará el diagnóstico del paciente, y el establecimiento del tratamiento adecuado en caso de requerirlo”, concluye.